Dirección
Bulnes 140, Departamento 401, oficina 8, Talcahuano.
Horario
Lunes a viernes: 08:00 a 18:00 Hrs.

Si bien el orden público está en manos de las instituciones públicas, las entidades privadas pueden ser un excelente complemento para efectuar este trabajo.
La normativa chilena es muy clara respecto a la labor que cumplen las policías, referido a mantener el orden público, investigar delitos, detener a delincuentes y garantizar la seguridad ciudadana en general en nuestro país. Pese a lo anterior, la seguridad privada puede ser un gran aliado, encargándose de la vigilancia y protección de bienes y personas en propiedades privadas, como edificios, empresas o conjuntos residenciales, con un componente disuasivo y preventivo.
La seguridad privada puede actuar como un primer nivel de respuesta ante situaciones de menor gravedad, colaborando con las policías para que estas se concentren en hechos de mayor cuantía, además de ser un elemento auxiliar en la realización de operativos, al facilitar información, personal o recursos.
En ese sentido es sumamente importante contar con un marco legal claro que regule las actividades de la seguridad privada y establezca los límites de su actuación, además de la supervisión que se hace a las entidades que realizan estas actividades, para que siempre se actúe dentro de los límites establecidos por la ley.
DESAFÍOS
La coordinación entre las fuerzas del orden y la seguridad privada es el mayor desafío de esta relación, puesto a que cada uno cuenta con protocolos propios para operar, lo que puede dificultar la estandarización y la rápida integración en situaciones de crisis. También puede darse que existen carencias en los canales de comunicación, lo cual impide un tránsito fluido y oportuno de esta entre ambas partes. De igual forma las estructuras jerárquicas y los protocolos de comunicación internos pueden dificultar la toma de decisiones rápidas y coordinadas.
Para todo lo anterior es importante contar con instancias de coordinación entre las policías y la seguridad privada, por medio de lo cual se podrán establecer protocolos claros y concisos que definan las responsabilidades e intercambio de información en tiempo real entre todos los actores involucrados. Finalmente, la sociedad será la beneficiada de este trabajo conjunto.